“Alfareros golondrinos”, el libro que cuestiona la arqueología tradicional

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En arqueología andina se ha asumido, tradicionalmente, que la producción es estática; es decir, que los artesanos producen en un mismo lugar y solo se mueven para distribuir. Buena parte de la explicación del pasado precolonial andino se basa en esa suposición; sin embargo, esta no tiene sustento. Así lo asegura “Alfareros golondrinos”, libro de Gabriel Ramón quien, con su investigación cuestiona a la arqueología tradicional.

“Existen muchos casos de alfareros que se mueven para producir; es decir, que salen de su pueblo para irse a otros pueblos a hacer vasijas de barro”, señala el autor. Explica que la propuesta de este libro no es nueva, sino que sirve para presentar a ese tipo de alfareros a los que no se les ha prestado la atención debida; lo que demuestra cuán obsoleta puede ser la arqueología tradicional.

HALLAZGOS. Gabriel Ramón comenta que durante su investigación no buscó a los alfareros itinerantes, sino que ellos aparecieron mientras realizaba su estudio sobre técnicas alfareras en los Andes norperuanos. “Mientras estudiaba pueblos de alfareros en Ancash, hacia el año 2000, un alfarero, Francisco Flores, me contó de sus viajes para producir. Me quedé impresionado, pero fue años después que volví a escuchar esas grabaciones y tratar de entender sus viajes. Luego empecé a buscar más casos semejantes en la literatura etnográfica y arqueológica. Ahora, que este tipo de alfarero ha sido definido en detalle usando evidencia etnográfica, me parece que la idea sería encontrar más casos en el registro arqueológico precolonial. No hay una receta única, pero me parece que hay mucho interés por hacer una arqueología andina que permita entender este tipo de desplazamientos de artesanos”, remarca.

PRESENTACIÓN. En la presentación de “Alfareros golondrinos”, el arqueólogo Manuel Perales resaltó que el trabajo de Gabriel Ramón sirve para cuestionar las maneras con las cuales hemos construido el pasado. “Los arqueólogos hemos caído frecuentemente en el error de pensar que las comunidades eran estáticas, que desarrollaban sus actividades en un solo lugar, que cada cultura tiene un estilo de cerámica. Esta investigación, nos da un jalón de orejas y nos trae otra perspectiva sobre la cerámica”, subrayó. Señaló también que Gabriel Ramón, a través de este estudio, propone la necesidad de redefinir la noción de comunidad. “Nos hace pensar que la comunidad en el fondo, debe ser considerada como una red de relaciones que no necesariamente conviven en una sola región”, agregó.