Los humanos no podemos escapar de los relatos, las historias, las fábulas y más creaciones del lenguaje. Somos una especie narrativa; y que deberíamos como dice Vilarroya, en vez de “homo sapiens”, llamarnos “homo narrator”. Las historias que nos cuentan, las que nos contamos y las que contamos a los demás nos constituyen y configuran el mundo alrededor. El lenguaje es nuestra morada, y no hay forma de vivir fuera de él.

“Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo” expresó el vienés Wittgenstein. Y ante las preguntas ¿cuáles son esos límites en los que estamos habitando?, ¿cuáles son los mundos que estamos viendo?, ¿cuáles son los mundos que estamos creando?, y si ¿existe la posibilidad de ampliar esos límites? Respondemos que sí, y una de esas formas sería los libros. A través de ellos, poetas, escritores, filósofos, y estudiosos de otras disciplinas buscan ampliar esos límites y, a través de la FELIZH buscamos acercar a aquellos autores, a los activos y potenciales lectores, y lo venimos haciendo desde hace doce años a través de nutridos programas culturales en los que ofrecemos presentaciones de libros, conversatorios, conferencias, recitales y más.

Para la organización de la FELIZH, la dimensión del lenguaje resulta de capital importancia en la vida del hombre, como nos recordó nuestro Invitado de Honor Mario Vargas Llosa en su discurso del año 2010, al recibir el premio Nobel de literatura; “Un mundo sin literatura sería un mundo sin deseos ni ideales ni desacatos, un mundo de autómatas privados de lo que hace que el ser humano sea de veras humano”.

Quienes planificamos este encuentro cultural, creemos que la relación hombre-literatura es ese vínculo que impulsa liberar al “homo narrator” de sus prisiones, permitiéndole crear un mundo de posibilidades, un mundo de sueños. Para dicho fin, una vez más, les damos la bienvenida a estos doce días de aroma literario y de calor a humanidad.

Willy Mateo Cisneros
Organizador