Pocos artistas se identifican tanto con el cosmos andino como Josué Sánchez. Nacido en Huancayo, en el esplendoroso valle de los azules cielos y el reverberante sol, Josué—para utilizar una frase cara al crítico Manuel Baquerizo— es la expresión pictórica del mundo andino.
Altamente conceptual, barroca, bidimensional, neofigurativa e iconográficamente tributaria de nuestras raíces prehispánicas, la pintura de Josué ha plasmado en línea, forma y color, el ciclo agrícola, las creencias mágico-religiosas, el trabajo y la fiesta, el mundo en las minas y en las aldeas del Amazonas, los mitos y las leyendas; toda la riqueza, el calor y el color de los Andes mágicos. Esta exposición es una pequeña muestra de ello.