Museólogo, gestor cultural y conductor de televisión. Se desempeñó como director del Instituto Nacional de Cultura y director del Museo de Artes y Tradiciones Populares del Instituto Riva-Agüero hasta 2018; vicepresidente del Comité Peruano del Consejo Internacional de Museos ICOM-Perú; director del museo Centrum Católica de la PUCP. Durante años condujo el programa Noches de sábado, junto a Melanie Pérez Cartier, en Radio Programas del Perú; conductor del conocido programa de difusión cultural Museos puertas abiertas y Museos sin límites en TV Perú.
Entre sus publicaciones se encuentran: El arte popular peruano en Lima a través del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú (MNAAHP) y la editorial Lluvia editores (En 1999); Museo Presbítero Maestro: cementerio de Lima a través de la Organización Regional para América Latina y el Caribe del Consejo Internacional de Museos (ICOM-LAC) (2003); El reino Chacha: etnografía de la región Amazonas a través del Museo Casa O’Higgins. También en Lima, (2013)
Para destacar algunos de sus reconocimientos: Persona Meritoria de la Cultura, otorgado por el Ministerio de Cultura de Perú. 2014; Medalla “Toribio Rodríguez de Mendoza”, otorgada por el Concejo Provincial de Chachapoyas. 2018.
Si buscan en Wikipedia verán: Luis Repetto Málaga, museólogo peruano, gestor cultural, conductor de televisión en el Programa Museos Puertas Abiertas. Nació el 4 de agosto de 1953, falleció el 9 de junio de 2020. Causa Covid–19. Educación: UNMSM.
Lucho fue mucho más que eso, un hombre vital, alegre y generoso, estudioso y amante de todo lo nuestro. De nuestras artes en todas sus formas, de nuestra tremenda riqueza cultural y vivió toda su vida abocado a promoverlo. En forma activa, creando vínculos, uniendo fuerzas, haciendo puente ayudando a todas las personas que se cruzaran en su camino, y él realmente caminó por todo nuestro país, de cabo a rabo. Conocía cada rincón, cada callecita escondida, con lujo de detalles y las más divertidas anécdotas. Deja huellas profundas en el país y muchos caminos abiertos que debemos continuar. En el exterior fue un abanderado y el mejor ejemplo de peruanidad, vivió, luchó y soñó con un país con menos diferencias sociales y mayores oportunidades para todos.
— Liliana Com
Luis Repetto Málaga encarnó una inteligencia y una sensibilidad que despertaron en coincidencia con el otorgamiento del Premio Nacional de Cultura en Arte a Joaquín López Antay, maestro retablista ayacuchano, en 1975, en nuestro país. La polémica que vino después sirvió para que confirmara que en su pensamiento no existía división entre Alta Cultura y Baja Cultura. Su visión de las cosas fue otra y eligió su camino desprejuiciadamente. Dividió su tiempo entre su trabajo burocrático de escritorio y la absorción de toda clase de conocimientos que lo apasionaban. Cultivó la amistad de los grandes coleccionistas y conocedores de las artes tradicionales en territorio peruano, y de ellos adquirió lo que no se podía aprender ni en claustros ni en libros: la comprensión del proceso de producción que roza el ritual, el discernimiento de calidades y la noción de que un gran maestro de un arte en una comunidad es un tesoro viviente del país. La sagacidad (no hay otra palabra) con la que se movía en el campo cultural, y la confianza franciscana que tenía en la respuesta humana de interlocutores de lo más diversos, en todo el Perú, se transparentaban en los deliciosos relatos orales con los que regalaba a sus amigos en la conversación.
Con Mildred Merino de Zela, su maestra en un momento crucial, ingresó en el mundo del museo entendido como la casa viva del arte abierta para todos. Gracias a ella, se vinculó por siempre con el Museo Riva Agüero de Artes Tradicionales, y gracias a esto se comprometió con el Consejo internacional de museos, ICOM. Su curiosidad, entusiasmo, energía, visión y fe en el futuro fueron motivo de asombro para los que lo conocimos. Todos sus planes se proyectaban en el tiempo venidero, cuando él los diseñaba con la palabra. Luis Repetto Málaga creía firmemente que todos llegaríamos a ser mejores trabajadores por la cultura y mejores ciudadanos. Intentémoslo. Seámoslo. Y no lo olvidemos.
— Jorge Villacorta